Sábado 6 de Diciembre de 2008
Sueño despierto
Hace frío, camino sobre un pasillo obscuro con ventanas a cada lado de mi, las ventanas tienen luz pero no alumbran el pasillo; camino despacio, paciente, cabeza abajo pero decidido. La luz de las ventanas sube y baja, es intermitente como estrobo, a ratos como si estuviera regulada, a ratos como si hiciera corto circuito. Mis huellas se quedan iluminadas en color azul pálido sobre el piso negro, después de unos segundos se desvanecen y así marco momentáneamente el lugar donde he estado.
Me duele la espalda.
- ¿Cuánto más estás dispuesto a soportar?
- Nada más
- ¿Cuánto tiempo estarás esperando?
- Ni un minuto más
- ¿Es que por fin te has decidido a dejar al infeliz atrás? ¡vaya! venía siendo hora de sacar todo lo absurdo e insípido de alguien
- Me he decidido
Me duele la espalda.
- Crees en el cambio contínuo... que afortunado eres, porque tuyo será el futuro; y dentro de las almas somnolientas caminarás dejando esa brillante huella que, con suerte, se desvanecerá poco a poco, sin desaparecer.
Escucho un ruido afuera, metálico, llaves contra una reja, monedas contra el marco de una ventana.
El dolor de mi espalda se libera, siento frío en los omóplatos, están congelados, intento tocarlos y siento algo húmedo y al observar mis dedos encuentro sangre. No tengo miedo.
Tengo alas.